Relato: "Celos" Capítulo 2

lunes, 23 de noviembre de 2015
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CAPÍTULO 2

El viernes me levanté de muy buen humor, le dije a mi madre que yo haría la cena. Fuimos a comprar lo necesario para mi comida mexicana. Las horas pasaban demasiado lentas, sabía que Carlos estaba trabajando pero le mandé un whatsapp:

Marian: ¿Preparado para mis burritos? Por cierto, ¿te gusta el picante?
Carlos: Estoy listo para ir al hospital (emoticono carita con lengua fuera). Es broma, sí me gusta pero no te pases.
Marian: ¡¡¡Al hospital!!!, jaja que gracioso. No me pasaré. ¿Qué haces?
Carlos: Trabajar. Mi jefa está muy encima de mí por un proyecto nuevo, ¿y tú?

"¿Jefa?, tiene una jefa" Sin más tuve un ataque de celos. Solo imaginar que ella podía tan solo rozarlo me consumía. Él era mío y esa perra no podía ni dirigirle la palabra, no quería ni que lo mirase, se lo tenía que decir a Carlos, que era mejor que tuviera a un hombre como jefe. Así que cogí el móvil y escribí:

Marian: Estoy haciendo un poco de zapping. Oye, si te molesta tu jefa, no sé... Cambia de trabajo.
Marian: Las acosadoras son peligrosas (emoticono carita con lengua fuera).

Creí que era una manera de decírselo sutilmente, como si fuera una broma. Mi teléfono sonó a los diez minutos.

Carlos: ¿Acosadora dices? Si la pobre está apunto de jubilarse... Además, a mí me van más jóvenes (emoticono carita sonriente). Bueno, nos vemos esta noche.

Más jóvenes dijo. Lo había dicho por mí, estaba claro. El resto de la tarde la pasé como tonta sonriendo y preparando mis burritos.
Sobre las nueve de la noche llamaron a la puerta y Sergio dijo que abría él. Yo le había contado lo guapo que era Carlos y él quería comprobarlo antes que nadie. Cuando mi hermano abrió yo estaba detrás de él.

- Hola, soy Sergio - dijo mi hermano estrechando la mano de Carlos.
- Hola, soy...
- Carlos. Me lo ha dicho mi hermana. 

Yo sonreía como una tonta viendo la vergüenza que tenía Carlos cuando vio a mi hermano, se puso colorado. Me saludó con un beso en la mejilla y me dijo al oído que era cierto que mi hermano era muy masculino.

- Ven - dije guiándole de la mano - Te presentaré a mis padres.
- Mi madre Rosa y mi padre Alfredo.
- Un placer señora - dijo acercándose a mi madre y dándole dos besos.

Mi madre le pidió que la llamara de tú y mi padre admiró el vino y le propuso abrirlo. Sirvieron copas para todos y no sé como los tres hombres acabaron hablando de fútbol.
Cuando empezamos a cenar todos me dijeron lo buena que estaba la cena, salvo mi hermano que empezó a bromear diciendo que estaba horrible y que seguro que teníamos que ir todos al hospital. Yo me reía porque no me importaba lo que decía, estaba sentada al lado de Carlos y el resto me daba igual.

- Sergio, ¿qué edad tienes? - preguntó Carlos en un momento de la velada.
- Veintiocho y sigo con mamá y papá, lo sé - dijo él sonrojándose - Mi última relación no salió bien y mis padres me volvieron a acoger en casa.
- Sé de lo que hablas. A mí me pasó lo mismo, aunque no volví con mis padres. Ellos viven en otra ciudad - dijo Carlos sonriendo.

Nunca antes había mencionado nada de sus otras relaciones, pero yo pensé que nadie le podría dar el amor que yo le regalaría cuando estuviésemos casados. Su pasado no me importaba, su futuro conmigo era lo más importante ahora.
La noche terminó y quedamos en llamarnos para ir al cine el domingo. Carlos le dijo a mi madre que le encantaría repetirlo y a mi padre, que a ver si quedaban algún día para ver el fútbol. Fue muy educado y agradable, hasta se despidió de mi hermano dándole dos besos en la mejilla.

- A ver si quedamos - le dijo Sergio mientras se despedía.
- Claro tío, me encantaría - le contestó él - Te llamaré.

Cuando Carlos salió  por la puerta ayudé a mi madre con los cacharros y me fui a la cama feliz por una velada perfecta. Les gustaba a mis padres y a mi hermano. Era genial, el móvil avisó de que tenía un whatsapp:

Carlos: Me lo he pasado muy bien. Tu familia es encantadora.
Marian: Me alegro que lo pasaras bien. ¿Por qué el cine para el domingo?
Carlos: Bueno, porque el sábado es para cenar y bailar (emoticono sevillana).

Él creía que yo no me daba cuenta, pero sutilmente había encaminado la conversación para invitarme a cenar, bailar y quien sabe que más. Así que no contesté y esperé para que me hiciera la invitación. A los cinco minutos sonó el tono del whatsapp, "ahí está" pensé hecha un manojo de nervios.

Carlos: Anda mira. Tu hermano me ha mandado un whatsapp. Dice que si quedamos para tomar unas cañas en un pub irlandés mañana.

Estuve apunto de mandarle el emoticono de la caquita con ojos. "Vaya chasco", lo pensé mejor y contesté:

Marian: ¿Vas a ir?
Carlos: Sí. Total, no tenía nada que hacer.
Marian: (emoticono carita bostezando) Carlos tengo sueño, mañana hablamos.

Apagué el móvil ofuscada por mi enfado. ¿Cómo que no tenía nada que hacer? ¿Y yo qué? Era su amiga, era la mujer de su vida, pero él no se había dado cuenta.

Pasé toda la noche sin dormir, enfadada, dándole vueltas a mis pensamientos. Creía que Carlos había quedado con otra mujer y había usado a mi hermano como excusa; él me ponía los cuernos seguro. No sé cuando conseguí dormirme, pero cuando me levanté estaba dolorida de dar vueltas y no haber descansado. Me preparé un café y me puse a estudiar.
"Daños ocasionados por arma blanca" así titulé mi trabajo. Estuve dos horas viendo fotos de puñaladas, cortes en el cuello, hasta encontré como matar a un individuo con un cuchillo de hoja larga.

- ¿Por qué miras esas cosas Marian? Que asco - dijo mi madre por detrás de mi hombro.
- Mamá, es parte de un trabajo de la facultad.
- Nos ha salido una pequeña asesina en serie - dijo mi hermano saludando desde la puerta de la cocina.

La cocina era la mejor zona de estudio de la casa. Nadie me molestaba, estaba bien iluminada y además podía conectarme a diferentes redes wifi del barrio. Mi favorita era la de la carnicería. Un día el carnicero me confesó su contraseña sin darse cuenta, "carnefresca" me dijo, "eso es lo que yo pondría en una contraseña" y la probé. Funcionó y siempre me conectaba allí.

- Lo que no entiendo - dijo mi madre - es como puede una persona en internet como matar a otra, eso no debería estar permitido.
- Mamá, puedes encontrar hasta como hacerte una operación a corazón abierto a ti mismo - le dijo Sergio a mi madre sonriendo.

Luego mi madre lo llamó exagerado y le dio un azote en el culo. Mi hermano se echó a reír y salió detrás de ella comentándole que no le esperasen a comer porque tenía cita con un amigo. Supuse que sería con algún ligue porque luego había quedado con Carlos.
"¡Carlos!", mierda. Me acordé que tenía apagado el móvil, seguro que había mensajes de él.
Fui a mi habitación y encendí el teléfono. Tenía whatsapp de mis amigos pero ninguno de Carlos. Me extrañó pero decidí escribirle más tarde. Alicia me invitaba a unan fiesta de pijamas.

Alicia: ¿Palomitas (emoticono pizza), (emoticono cerveza) y una peli (emoticono corazón)?

Eso decía su mensaje. "Bueno" pensé "y porqué no" mi hombre se iba de fiesta yo también, así que contesté:

Marian: Ok, pero prefiero (emoticono vino) que (emoticono cerveza)

No tardó en contestarme:

Alicia: Que sofisticada. Voy a decírselo a Mamen y Celia

Luego le escribí a Carlos:

Marian: Pásatelo muy bien esta noche, yo me voy a casa de Alicia a cenar (emoticono pizza), (emoticion vino) después peli (emoticono corazón) y palomitas.

A los diez minutos me llegó la contestación:

Carlos: ¿Quién es Alicia?
Marian: La chica que nos presentó (emoticono carita de asombro)
Carlos: Es verdad no recordaba como se llamaba.
Marian: Pues eso, pásatelo en grande no bebas mucho y no ligues mucho (emoticono carita guiño) (emoticono labios)
Carlos: No voy a ligar, mi corazón está ocupado... Bueno todavía no, pero... hay no sé (emoticono labios)

Lo sabía, sabía que le gustaba, pero es tan vergonzoso., pensé "poco a poco, dejaré que él vaya a su ritmo".



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Escrito por Nika

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