Relato: "Mi promesa" Capítulo 3

miércoles, 2 de septiembre de 2015
Ir a:     Inicio          Capítulo 2          "Mi promesa"

Una hora después fui al sitio acordado y allí estaba ella, sobre el rompeolas. Con la brisa su pelo se movía suave como en las películas. Estaba empezando a esconderse el sol y esa luz le favorecía demasiado, al menos eso creía yo. Me armé de valor y fui en su busca.

- ¿Qué quieres hablar conmigo?. ¿No crees que ya he sufrido demasiado?
- Espera por favor. Déjame hablar antes de que me fusilen tus palabras - me límite a asentir con la cabeza - Lo siento. Siento haberte hecho pasar por eso. De verdad que lo siento, me arrepiento desde el mismo momento en que decidí acabarlo pero no sabía como decírtelo.
-Ya... claro. Habrás estado demasiado ocupada con la otra y mientras yo te lloraba como una estúpida pensando que eras distinta y al final eres igual, solo has pensado en ti, pero ¿y en mí? ¿En mí quien pensó?
- Te equivocas, no ha habido nadie después de ti. Ella lo intentó pero no la dejé. Te amaba y te sigo amando, tanto que tuve que perderte para darme cuenta que eres el amor de mi vida. Soy una estúpida y encima vengo a suplicarte un perdón cuando sólo te he hecho daño - vi como de sus ojos salían lágrimas aunque las ocultara mirando al suelo - No te merezco, ni te he merecido nunca, no te mereces a nadie como yo; tú eres tan... tan tú, que nadie podrá igualarte. No sabes como me arrepiento de haberte dejado marchar, si seguro inclusive estás enamorada.
- Sí, tienes razón, estoy enamorada - se lo dije con una voz débil, casi sin fuerza, no creía que a pesar de todo ella sintiera tanto por mí, y menos que no se diera cuenta que sigo enamorada de ella.
- Lo entiendo y por eso me iré. Pero quiero que sepas que cuando dejaste de escribir en twitter te intente localizar pero no había manera de dar contigo, pensé en ir a buscarte a tu casa, pero no quería cagarla más y bueno, hice una tontería que no merece la pena. Sólo quiero que esa persona de la que te has enamorado te trate mejor de lo que yo he sabido hacerlo porque no te mereces sufrir.

Fue a echar a correr pero me di cuenta a tiempo y la pude agarrar. La giré contra mí y sólo pude hacer una cosa: besarla. No podía decirle nada, sólo quería besarla y volverla a besar y acabé llorando con ella. Ella me miró con sus ojos llenos de lágrimas.

- ¿Por qué haces esto? Ahora tienes a alguien de quien estas enamorada y seguro te valora más que yo.
- No sé porque lo hago, sólo sé que no quiero dejar de hacerlo.

En ese momento deberíais haberla visto, se limitó a abrazarme y fue el mejor abrazo de mi vida. Pero después salió corriendo y yo no supe como reaccionar, ahora era yo quien la dejaba marchar; veía al amor de mi vida marcharse de nuevo y yo ni siquiera tuve valor de decirle que tampoco hubo nadie. 
¿Y ahora que tengo que hacer? ¿La busco o la dejo marchar? 
Me limité a pasear por la playa y en recordar esa conversación, y entre sus palabras recuerdo que dijo “hice una tontería que no merece la pena" ¿que tontería?¿que hizo? Me dejó una duda que no sabía como resolver. 

Volví al hotel, era tarde y llevaba mucho tiempo fuera. Me fui a dormir y seguía dándole vueltas a esa conversación, más bien a esa “tontería" que tuvo respuesta al día siguiente.
Fui a la playa, con mis padres, no me apetecía pero no me quedaba otra y la volví a ver, estaba en el agua, jugando con su hermana, tenía la cara triste y los ojos rojos, aunque intentaba disimularlo, pero a mí no podía engañarme. Sabía que no estaba bien, y entonces comprendí lo que era esa tontería cuando se giró y en su lado izquierdo vi como justo debajo del filo de su bikini, donde el corazón, se encontraba un tatuaje que ponía mi nombre, se había tatuado mi nombre.
Era verdad todo lo que decía, nunca dejó de amarme y ahora pensaba que yo amaba a otra persona, que no la amaba a ella, cuando nunca deje de amarla, que debería hacer..
Antes de marcharme, decidí acercarme a ella, que tomaba el sol en la toalla, y entregarle una nota e irme rápidamente para asegurarme que no le diera tiempo a reaccionar; con suerte, no volvería a verla en el día que me quedaba de vacaciones. La nota decía: “Me preguntaste que si seguía enamorada, te dije que sí, pero en ningún momento te dije de quién, y creo que mereces saber que es de ti, que desde que te marchaste no soy feliz, pero se separaron nuestros caminos y creo que es mejor para ti que sea así".

No sé como pude darle esa nota sin decirle nada y marcharme tan deprisa. Ya iba camino de casa, se acabaron mis vacaciones y tenía esperanzas de que diera conmigo antes de marcharme pero no pasó, no apareció y no creía que volviera a aparecer. ¿Por qué me iba a buscar si ahora he sido yo la que la he dejado marchar?. Mejor sería dormir el resto del viaje.

Ya en casa tocaba deshacer las maletas e intentar sanar las heridas producidas por todo lo sucedido. Sabía que era misión imposible porque entre otras cosas ella no salía de mi cabeza; mi mundo era ella, ella y ella.
Vaciar las maletas se me hizo eterno, era sacar un pantalón y sentarme a pensar. Sacar una camiseta y volverme a sentar. Cinco horas y la maleta seguía teniendo ropa.
De repente, escuché unos ruidos en la calle, incesantes, alguien no paraba de gritar. Que incordio, ya no te dejan ni estar tranquila en tu casa ahogándote en tus propias tristezas. No aguanté más ese odioso ruido y me dirigí a la ventana con la seria intención de tirarle una maceta si no dejaba de gritar de esa manera. Casi se me iba a caer la maceta pero de sorpresa. Era ella; sí, sí, ella. Había venido a buscarme. Allí, en la puerta de mi casa; desde la calle mirando hacia mi ventana. Le divisé una inmensa sonrisa al verme asomar; mi corazón iba a estallar. Era ella la que gritaba, la que estaba con una inmensa pancarta y un megáfono gritando a los cuatro vientos de que me amaba, de que estaba enamorada de mí y que le diera la oportunidad de hacerme la persona más feliz del mundo. Mi rostro lo decía todo: ¡¡¡claro que la dejaría hacerlo!!! Ella lo era todo, sin ella mi vida no tenía ningún sentido.

Ahora sigo escribiendo en mi diario. Ya sabéis mi triste historia de autolesiones y vejaciones de mis compañeros. También sabéis como salí de todo ello y como la conocí a ella, como sufrí por ella y como volvimos a encontrarnos (el destino es así de caprichoso). Ahora sé como quiero continuar mi historia aunque es imposible saber que sucederá. Estoy decidida a vivir mi vida y a arriesgar si es preciso.
Cada uno podéis imaginar el final que más os guste (el futuro ya se verá), pero mi final deseado es estar con ella. Lo vamos a intentar, quiero un final feliz junto a ella y morir a su lado con estos mismos sentimientos e incluso más intensos si eso fuera posible.

Siento no daros un desenlace definitivo porque aún no lo tiene, aún se está cuajando, aún lo estamos viviendo. Pero haré lo imposible para que las dos protagonistas estén juntas y felices. LO PROMETO.

FIN



Ir a:          Capítulo 2          "Mi promesa"

Escrito por @srtadesquiciada

5 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Por problemas técnicos ajenos a la voluntad de @srtadesquiciada, no puede contestarte por más que lo ha intentado. Me ha pedido que te diga que gracias por tu comentario y que se alegra muchísimo ver que la lees y que se ve arropada para poder seguir escribiendo. Saludos

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Igual te digo yo a tí Stella; @srtadesquiciada no te ha podido contestar por problemas técnicos que tiene y que espera solucionar pronto. Gracias por tu comentario y que se alegra muchísimo que te haya gustado; que es un placer hacer las cosas si son acogidas así. Saludos.

      Eliminar
  3. Enhorabuena, me ha encantado el relato... Sigue asi... ;P

    ResponderEliminar